Las enfermedades del aparato circulatorio
constituyen la primera causa de muerte en la sociedad occidental. Los dos
componentes más importantes son las enfermedades
cerebrovasculares y la enfermedad isquémica del corazón o enfermedad coronaria.
Está demostrado que la mortalidad por
enfermedades vasculares aumenta en los fumadores. El tabaco multiplica por
cuatro la probabilidad de padecer una enfermedad coronaria o cerebrovascular.
Entre las múltiples sustancias del humo del
cigarrillo, las que presentan un mayor efecto adverso son la nicotina y el
monóxido de carbono (CO).
En Uruguay, después de la prohibición de
fumar en espacios cerrados, se detectó una importante disminución en el número
de ingresos a instituciones de salud por infarto agudo de miocardio.
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